Dice el proverbio que "cuando una inglesa se pone á ser bonita..." En cambio, hay que ver cuando una inglesa se pone á ser féa. Yo no he conocido en ninguna parte mujeres tan bonitas ni mujeres tan féas como las que he conocido aquí. Como esta es una gente muy práctica, cuando se propone ser una cosa no para hasta conseguirla. La inglesa que sale bonita es delicada, ideal y adorable, como no lo es mujer bonita de ningún otro país, pero, la inglesa que sale féa, dá miedo. Es féa de un modo rotundo, fundamental y definitivo. Parece como si, á lo largo de su vida, hubiera ido cultivando el horror de su cara y de su cuerpo con un cuidado especialísimo, procurando no omitir ninguno de los detalles que deben constituír una fealdad perfecta. En otras partes, una mujer féa tiene los ojos bonitos, la boca agradable ó la nariz fina; si es absolutamente féa de cara, tiene un cuerpo apatecible; generalmente es simpática y, en último caso, es distinguida. Yo me hechaba a temblar en España siempre que me anunciaban la presentación de una señorita muy distinguida porque sabía de antemano que iba á ser horrible. En España, como en todas partes, las feas son distinguidas, simpáticas, inteligentes ó buenas. Aquí son malas, desgarbadas, antipáticas, estúpidas, cortas de vistas y partidarias del sufragio femenino."La incomprensible Albión, sus mujeres y su moral", de Julio Camba, en Mundial Magazine de Julio de 1911.
lunes, 16 de febrero de 2009
Anatomía de las inglesas feas
Etiquetas:
biblioteca
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario