A ver. Primero, esto no es nostalgia. Lo que muestra desapareció de una forma tan rotunda que es como si nunca hubiera existido. Pertenece a un universo paralelo. Todo lo que queda son representaciones físicas, fotos y souvenirs, que disparan un recuerdo potente que se disuelve rápidamente, como el recuerdo de un sueño. Es que el clima que evocan es completamente inviable. El andamiaje que lo sostiene, el universo que le da sentido, es tan inexistente como el de los sueños. Definitivamente no es nostalgia.
Pero por eso mismo, por ser completamente incompatibles con la realidad, cuando estás bajo su efecto son lo único en lo que podes pensar. Desplazan todo lo demás, y se convierten en la realidad... por el breve lapso que logran mantenerse. Otra vez igual que los sueños. No sé como se llama.
Ahora. Este video me impresionó. Esas fotos... El director del video, Aleksei Terejov, pidió que le mandaran fotos en un programa de radio, y recibió varios miles de las que eligió el puñado que se ve. Y resulta que yo tengo fotos que se parecen demasiado a esas. Estoy yo con una PPSh de juguete colgada, mi hermana con una corona, yo con las orejas de conejo en la fiesta del jardín, la barra de amigos trepados a los juegos... No puedo explicar qué parecidas son, sin mostrarlas (pero no lo voy a hacer, pongo una cualquiera en la que no aparezco). Si hasta tengo esa misma radio, una "Okean 209". La del pibe sin camiseta.
¿Y la canción? Es una canción de Año Nuevo, del grupo "Lyapis Trubetskoi", de Minsk. Y su compositor, Serguey Mijalok, la explica así:
He notado que cuanto más envejece uno, tanto más al ver los adornos de arboles navideños, las guirnaldas, el trajín de antes de las fiestas, en vez de alegría y felicidad se viene como una tristeza. Los ojos se llenan de lágrimas, y el mundo se convierte en lucecitas. Alrededor hay fuegos artificiales, y vos lo que queres es llorar. Pero sos un alegre hombrecito de nieve y tenes que entretener a todos.