viernes, 14 de octubre de 2011

Cartas del lector.

Es bien sabido que la enseñanza de la matemática y la lógica no ha vuelto a superar el nivel alcanzado bajo la mirada de Aristóteles. Antes bien, ha seguido un camino descendente hasta nuestros días. Generación tras generación han sido expuestas a una versión cada vez más bastarda de la Ciencia de Ciencias.
Las causas son conocidas, aunque silenciadas. En nuestros establecimientos educativos se dedica más tiempo a la lectura de folletines, declarados como literatura, qué a la enseñanza de temas que exigen propiamente estudio y esfuerzo mental, no sea que nuestros niños se cansen, se aburran, o -quelle horreur!- aprendan. Adornamos las mentes de nuestros hijos con confetti humanístico, antes que construir cimientos de rigor filosófico.
Basta con ver el ejemplo siguiente, que muestra la ponzoña de que están llenas nuestras aulas. Vivimos días donde se les enseña a los niños que una demostración constructiva sirve para algo más que para demostrar existencia, y que ad dictum simpliciter es una forma válida de construir una inducción.  He ahí resumido el lastimoso estado de la civilización moderna.

285. Teorema. Cualquier múltiplo de un número admite los divisores de dicho número.
Sea 30 múltiplo de 6 ; digo que 2 y 3, factores de 6, dividen a 30. En efecto :
30 = 6 x 5 = 6 + 6 + 6 + 6 + 6
Pero, por hipótesis, 2 y 3 dividen a 6, luego dividirán a 30, su suma.
L. Q. Q. D.


Elementos de Aritmética con Algunas Nociones de Álgebra. G-M. Bruño, París, Procuradoría General. 20a Edición, 1925(?)


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