sábado, 24 de mayo de 2014

Hágalo Usted Mismo

Siguiendo estas simples instrucciones, podrá armarse un calentador inductivo de 2 kW capaz de calentar al blanco una barra de acero. En su cocina. Mientras sus hijos observan.


miércoles, 21 de mayo de 2014

Cómo queres que te diga

Tenemos aquí un caso donde el perito le dió pruebas a la defensa. A un labriego se le acusó de homicidio. Sabía que en repetidas ocasiones habían desaparecido gallinas de su establecimiento, y él sospechó que el ladrón llegaba en automóvil hasta un punto cercano y en el vehículo se llevaba las aves. El resultado fué que el labriego hizo guardia con un arma de fuego, a fin de ahuyentar al ladrón en caso que apareciera. Tal como lo esperaba, se acercó un automóvil y se apeó un hombre del mismo. El supuesto ladrón avanzó hacia él con el brazo izquierdo levantado en actitud amenazadora; el labriego apuntó con el arma en defensa propia. Hizo un disparo y el hombre cayó mortalmente herido. 
Ahora bien, la base total de la defensa fué que el labriego alzó el arma con objeto de protegerse contra el conductor del automóvil, de quien sospechaba que era el ladrón. Tal era, pues la cuestión que debía resolverse en una forma u otra. Las ropas del muerto fueron sometidas a un riguroso examen. Para poder apreciar la distancia a que se hizo fuego, su dirección, etc., se las puso en un maniquí. Una vez hecho esto, se observó una cosa notable. El orificio que presentaba el gabán estaba a cinco pulgadas más abajo del orificio de los pantalones; y la única forma en [que] esos dos agujeros -naturalmente hechos por un mismo disparo- podían ser alienados, era levantando el brazo izquierdo del maniquí. Eso probó concretamente los asegurado del labriego, que el hombre en quien creyó ver un ladrón se le aproximó en actitud amenazadora. Se tomaron fotografías del maniquí vestido y se presentaron en los Tribunales, indicando las posiciones relativas de las perforaciones del gabán y el pantalón. El labriego fué absuelto.

"La Policía al día" por Reginald Morrish (ex-jefe inspector de la Policía de Londres), Ed. Nova - Buenos Aires, colección "La Marcha del Progreso", 1945.

Una vez, mientras trabajaba en un proyecto con otra gente, hice una observación muy ingeniosa. No era particularmente significativa, pero era una proeza de pensamiento lateral y perspicacia, y además era lo único que se me ocurrió para aportar. Si de mi dependiera, el proyecto hubiera terminado ahí mismo, con un articulo que dijera "este tipo es brillante" \cite{verdadescomopuños}. A quién no le ha pasado al menos una vez. Menos mal que no me dieron bola.